Can Mora de Dalt es una masía del siglo XV que desde hace 18 generaciones pertenece a la misma familia y que abrió como hotel en verano del 2008. Una antigua granja restaurada que conserva todos sus detalles y se ha convertido en el lugar perfecto para disfrutar del paisaje, de las vistas al mar y de la tranquilidad del entorno.
Sus once habitaciones, las zonas comunes, el patio con vista al mar, la piscina y el jardín mediterráneo con palmeras, naranjos y jazmines, hacen de Can Mora un lugar único para relajarse.
Uno de los valores añadidos es la ubicación en Sant Vicenc de Montalt, uno de los pueblos mejor conservados del Maresme, a cinco minutos de la playa y a tan solo media hora de Barcelona.